En estos tiempos
virales y de diversas enfermedades endémicas, las píldoras, fármacos
y drogas son la presunta solución
a tales males, sin importar las secuelas o consecuencias que estas
pudieran ocasionar.
Al empezar
el siglo pasado era poco el avance medicinal que existía,
mas allá aun, casi la mitad del siglo era de pocos avances tecnológicos como los rayos equis, las placas,
ecosonogramas, endoscopia y muchos otros equipos médicos que detectaran
enfermedades a priori.
Nuestros ancestros
consiguieron desde tiempos muy remotos soluciones que han perdurado en el
tiempo, en las hierbas, plantas, sales minerales y hasta en ciertos animales,
las curas medicinales que se convirtieron en el recursos para combatir cada dolencia, enfermedad o
malestar, crearon su propia fuente,
botica heredada de generación en generación, casi todas las indicaciones de forma oral, además de conseguir las
plantas curativa propicia para cada
enfermedad, nos dejaron la clasificación de los diversos tratamientos: en menjuras,
pócimas, ungüento, brebaje, tomas, plasma, guarapos y fletas.
Quizás los olores,
los sabores no eran los mas gratos y placenteros, lo que hacia que
particularmente siempre le huyera a todo tipo de ungüento que nos colocaban
en la cabeza o en el pecho por causa de
la tos o resfriado, no se que era peor las
tomas o las menjuras, en este
momento me viene a la memoria una de las
mejorías mas dolorosa pero efectiva que he escuchado es la de mi tía Hortencia,
al nacer en 1939 tuvo una gripe muy fuerte que se le convirtió en bronquitis
crónica, los médicos la desahuciaron y se la entregaron a mi abuela y bisabuela
para que la llevaran a la casa por que
no había nada que hacer, todo el pueblo estaba esperando la muerte de la niña,
hasta habían llamado a la señora que le cantaba los tonos a los angelitos para
que se preparara, porque la niña estaba casi sin vida, pues algunas señoras
mayores en ese entonces empezaron a preparar unas menjuras como
ultimo recurso, además ante habían sido usado y no habían fallado puesto que
había sido enseñado por sus madres, lo cierto fue que empezaron la preparación
con aceite resino caliente que debían poner con un pañito en el pecho de la
niña, cuando el pañito fue colocado la criatura
lloro como un gatito y luego mas fuerte y mas fuerte, auque le quemo el pecho considerablemente lo
importante fue que sobre vivió a la muerte, luego le decían la resucitada.
Cuando nos daba Fiebre o
Quebranto nos ponían una plasma de aceite palo, o alcanforado que siempre
le huí por lo caliente y el olor tan fuerte que producía, recuerdo a mi prima que le pusieron un tortilla que estaba preparada con
huevos, nuez moscada y vino sansón, en la madrugada después que le bajo la
fiebre y se le calmo la tos se levanto y
se comió la tortilla según ella porque
olía muy bien y además tenia mucha hambre atrasada pero si algo no puedo negar
era la efectividad del remedio, aunque
las menjuras no iban solas también la acompañaban los guarapos bien caliente
para brotar o sacar la fiebre eran de
poleo, malojillo, manzanilla, canela, además de arroparnos muy bien y no
dejarnos estar en el sereno y si teníamos tos era un trago amargo y no hablo en
sentido figurado era terrible jarabe preparado por mi tía de cristal de zábila con miel, o jengibre,
piña con coco, o manteca de gallo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario