domingo, 26 de febrero de 2012

NO VI EL DIA EN QUE LA MAR RETROCEDIO

Se han escuchados múltiples historias, cuentos, y leyendas acerca de la famosa piedra del palito, no se sabe quien invento esas historias  lo cierto es que están allí;  todos los niños de la cuadra hablaban de lo riesgoso que resultaba  la mencionada  piedra, pues  decían que quien se lanzara  a la mar desde ella se podía encantar para siempre, o un pulpo gigantesco lo hundía hasta ahogarle, que había una gran corriente que arrastraba a todo aquel; fue impactante para todos los que pudimos vivir la desaparición por varios días del cuerpo de un joven del barrio cercano, que se lanzo desde la piedra y lo encontraron flotando no se a cuanta distancia del lugar, los niños de ese entonces conmovidos vimos el entierro que tal vez afianzo mas el temor creado por las innumerables historias.
Cuando de niña viajaba me gustaba sentarme del lado de la ventanilla para apreciar ese hermoso pero misterioso  paisaje, de aquel extenso mar del imponente tótem del palito, además de disfrutar del salitre que olía a vida. Yo no recuerdo exactamente que edad tenia, pero vienen a mi memoria  varios episodios como la de un niño lanzándole piedras a la mar, alguien que se revolcaba en la arena, otro que le gritaba  ¡Adiós! A un barco que pasaba a lo lejos, a una mujer que no se que decía pero hablaba y hablaba y así  pasaron  los años tuve que viajar a diario a la universidad,  siempre trataba sentarme del lado de la ventanilla, cada mañana veía la mar y la piedra en el mismo lugar, quizás queriendo dialogar desde el presente con un pasado que estuvo lleno de violencia y también de aguardos, quizás esa piedra aun conserve  en su memoria las rutas  y los caminos trazados con la blanca espuma de  ese tiempo antiguo, talvez esa piedra atesore historias inconclusas que posiblemente sean para invitarnos a que hagamos un viaje imaginario que invada la conciencia actual; en alguna tarde vi gaviotas volar  haciendo  figura  y una de ella  poso sin permiso sobre  la piedra, esa piedra se veía lejos cuando niña, cuando adolescente, cuando mujer ¡Aquellos años!.
 Al tener mi primer carro a menudo pasaba por el lugar y todo tan igual como siempre, las veces que viaje fuera del país por corto o por largo tiempo me creaba unas inmensa ansiedad por regresar a la ciudad, ¡A casa! me provocaba respirar ese perfumante olor marino y la intima bienvenida que me ofrecía la verde azulada mar, las olas sobre la orilla me traían paz y seguridad.
Era un tiempo de lluvia, el agucero fue muy fuerte que se convirtió en vaguada, el cielo estaba entre negro y gris, casas inundadas por toda la ciudad, por casi una semana las lluvias acosaban; una vez mas por trabajo tenia que viajar, esta vez me senté del lado contrario de la ventanilla, sin embargo mire por encima de alguien que iba en el puesto ideal, ¡Solo vi palos flotando en aguas de color bronce! y no recuerdo si vi la piedra.
Al regresar del viaje me senté del lado acostumbrado, pero esta vez ¡Vi que la mar ya no estaba en el lugar de siempre!  ! La piedra estaba mas cerca! creí que era una ilusión y por ello me baje del bus para  acercarme a ella, ¿Era cierto lo que mis ojos habían visto? ¡Era cierto!.  Enrolle mis pantalones caminando mar adentro y comprobé que la mar había retrocedido, pues me sentía próxima a la piedra,  estaba allí tan cerca y el agua no me daba a la cintura, la piedra ya no tan Arrogante, me dije ¡Yo no vi cuando la mar retrocedió!
  Aun ronda ese gran misterio en mi cabeza sobre la piedra que reposa en el palito.

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