domingo, 26 de febrero de 2012

TENEMOS QUE FILOSOFAR

Casi siempre que se menciona la palabra filosofía  las personas se remontan en  los primeros siglos de la humanidad civilizada y geográficamente en Grecia,  se imaginan a Platón, Aristóteles y Sócrates, pero no le viene a la mente filósofos contemporáneos, modernos y mucho menos  la filosofía que  a diario tantos de nosotros hacemos.
La palabra Filosofía  tiene su origen en el latín que si la desmembramos El significado literal de la filosofía es amor a la sabiduría al conocimiento
La filosofía fue la primera ciencia que en forma metódica y rigurosa, mediante la observación y la razón, trató de responder las eternas preguntas que desde siempre se ha hecho el hombre: ¿quién soy, dónde estoy y hacia dónde voy?
El objeto de la filosofía en un principio era todo lo pensable; el cosmos, que es el mundo físico en su totalidad y el hombre que forma parte de él; pero no se limitaba a lograr información sino que reflexionaba también sobre la posibilidad del conocimiento, la realidad de los objetos como posibles o sólo concebibles con el pensamiento.
Queridos lectores cuando les digo tenemos que filosofar, es la invitación a la reflexión, desde sus propios  espacio, desde la vida en su comunidad, en el país, es preguntarnos a diario ¿por qué ocurren  tal o cual cosas?, ¿por qué no hemos logrado tal meta?, es preguntarnos y repreguntarnos por lo que no entendemos o no nos da satisfacción, darle vida al pensamiento y conocer desde lo más simple a lo más complejo, desde lo singular a lo plural, tener un poco de dicotomía entre ser intuitivo y ser racional; Edgar Morín el sociólogo y filosofo moderno,  nos dice que tenemos que ordenar el pensamiento y darle forma a lo que no nos cuadre racionalmente, sistematizar el pensamiento, yo pudiera agregar en cuanto a ese planteamiento que esto no es otra cosa que hacer  la  filosofía urbana,  la filosofía  de hoy, quien es la  que urgentemente debe asumir un compromiso ante la falta de planteamiento filosófico que conllevan al hombre actual hacia una dirección clara y especifica; ya no es Sócrates, ni siquiera Nietzsche, los que  deben ocuparse del pensamiento activo,  somos nosotros los que debemos preguntarnos por cada una de nuestras realidades y especificidades; Amigo quejarse, lamentarse ante determinadas circunstancia no es filosofar y es necesario no confundirnos ante esta acción, es ir más allá de la simpleza de uno mismo  es una acción colectiva que genera respuestas colectivas.
Así que queda abierta la puerta para activar el pensamiento.

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