domingo, 26 de febrero de 2012

LA INDIA QUE LLEGO HACER REINA

Una señora mayor llamo a las Orquídeas parasitas, de  inmediato le pregunte porque las llamaba así, ella respondió ¡hay mija! Siempre las he llamado así y en mi tierra la llaman igual. Las orquídeas aparecieron en época de la colonia, fue importada como otra mercancía a Europa, aunque al ler historia referente a la conquista en América casi no aparece nada sobre orquídeas, como se sabe los españoles que llegaron a estas tierras no eran muy cultos, no eran poetas, científicos ni investigadores no buscaban flores sino oro, perla, diamante y otros minerales y piedras preciosas, a los españoles de ese entonces le faltaba la capacidad de apreciación y entendimiento de las bellezas incomparables que le ofrecía la naturaleza de estos lares. Las Orquídeas, son una inspiración de la madre naturaleza y sobre saturada de talento artístico, imaginación y energía. Solamente así puede nacer la familia más grande de las plantas, más de treinta mil especies. Las orquídeas han sufrido porque son bellas y son raras por eso han sido objeto de codicia humana. La fiebre de las orquídeas es como la fiebre del oro, engendro de matanza, Árboles cortados, bosques devastados, paisajes desolados. En el siglo  XIX, las orquídeas fueron los indios del mundo vegetal. El hombre blanco mataba sin consideración a los indios para apropiarse de sus tierras, a lo igual que a las catleyas como también se le conoce a las orquídeas. Venezuela ocupa el cuarto país en biodiversidad de orquídeas, se dice que son mágicas y hechiceras, son tan diferente que ese no se que inexplicable la hace fascinante, despertando desde los mas sublimes pensamientos  hasta las mas sensuales y eróticas pasiones  “tentadoras”. A mediado de los siglos XVIII y XIX, Inglaterra se mantuvo como la principal importadora de orquídeas esta planta fue enviada por Mr. Ward, distinguido caballero inglés establecido en Caracas y recibida por el señor Green quien la regalo a la señora Moss de otterpool para su colección. Esta planta es tan criollita como el cariaquito morao, cuando la arrancaron de su cerro sin importancia alguna, no midió los celos que iba a despertar entre las pálidas flores invernales, según la leyenda criolla nuestra flor nacional con el nombre de “parásita” había hecho feliz a lindas novias indígenas además de ofrecer sus encantos y mieles a los tucusos, reinitas y abejas, la enviaron de turista a la fría Albión, le pusieron un nombre Musiú, Catleya Moussiae en obsequio a su cultivadora de ultramar trataron de hacerla pasar por aristócratas, la entronizaron, la nombraron “reina de las flores”.Las floristerías enseñaban a la indiecita como a una Diosa y la colocaban para explotarla en finos floreros de baccarat, vendiéndola a peso de oro. La indiecita con nostalgia de volver para lucir en los cerros del Ávila con su colora y con la ansiedad de sentir los besos de los azulejos la hacían llorar. Soñaba con la blanca neblina de Boquerón con el rumor de los manantiales despeñándose hacia las laderas para regar a sus hermanas de galipan y poder pintarrotear el paisaje y jugar con las curruñatas cuando venían a cosquillarla y comer mosquitos que venían a desayunarse en su nectario, fue arrancada de su ambiente desprendiéndola de sus farallones para acomodarla en invernaderos artificiales, no pensaron que por su sabia corría sangre indígena de aquella de los caciques de caracas.

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