Oyendo unos jóvenes
conversar cuando esperaba el metro, sentí por un momento que no me encontraba
en Venezuela y que no era castellano lo que escuchaba, aunque me pude
identificar con algunas formas onomatopéyicas que empleaban, no entendía gran parte
de las palabras que utilizaban en su dialogo, que por demás resultaba
interesante por los movimientos corporales que empleaban. El mas delgado de ellos decía, ¡Mira won! esa
jeba estaba pifiando y llego el guavi y le reviro, este no comió pinta y ¡blam¡, el hermano de la jeba le dio una diabla, que chimbo que no te
calaste la culebra, el Moreno le contesto: No won estaba en una chamba, después
andaba buscando 3 palos que me faltaban pa` compra la burra, vale 14 melones, el flaco lo interrumpió le dijo: No… chamo con 3 tablas nada mas hubieras
rumbeao y basilao, había un viaje de mamitas solas, mas fino; en ese momento llego el vagón me
senté frente a 2 chicas que conversaban de los mas normal pero que de igual
forma mantenían ese idioma particular, ¡Chama de bomba que no!, ¡otra mas y me
mato!. Esas 2 conversaciones despertó en
mi las ganas de profundizar en esa jerga, empecé a enumerar las palabras que me
eran desconocidas con su respectivo significado, busque ayuda de los que aun
mantienen el gentilicio y una estructura formal en el habla y en la oratoria;
30 años atrás mi tío Rogelio hubiera dicho: Muchacho que malo que no fuiste a
esa fiesta, estaba una muchacha muy bonita y estaba coqueteando pero llego un
hombre que se veía opulento y la halo, en eso apareció el hermano y lo enfrento
dándole una paliza. Nuestra cultura gramatical ha sufrido cambios
trascendentales a lo que Octavio Paz dice que “cuando una sociedad se
corrompe, lo primero que se gangrena es el lenguaje” y Kraus consideraba
también que la corrupción lingüística era la causa de la degradación de los
pensamientos y las conciencias; según él, las personas que hablan mal y
escriben mal también pensarán y actuarán mal, parece impedirles darse cuenta de
su decadencia espiritual”. Me admire enormemente en varias conversaciones que
sostuve con algunos chicos que en medio de la conversación maldecían y decían
obscenidades sin ningún reparo como una forma expresiva mas, Rafael Cadenas en
su libro “En torno al lenguaje” se opone a la actitud de algunos especialistas
“como la lengua la hace la gente —el pueblo— hay que dejarla seguir su curso...
quienes presuntamente la han hecho pueden deshacerla, aunque la cultura se
derrumbe. Los especialistas del lenguaje se atienen a la voz del pueblo, voz de
Dios: el pueblo nunca se equivoca. Claro que se equivoca dice Cadenas y mucho.
Podemos agregar a esto que los escritos de quienes así piensan caerían en las
tinieblas si no hubiera lectores educados. Para el poeta Kart Graus, el lenguaje
es la partera que alumbra el pensamiento, finalmente me digo hoy, será que
estamos en una penumbra que no nos permite ver lo hermoso de nuestra lengua
genuina y que una nueva generación no logra percibir claramente esos rayos de
luces que nuestros maestros nos inculcaron, teniendo que crear su propio código
comunicaciónal y un nuevo idioma en nuestro país, mientras algunos hablan lo
que solo un grupo entiende nosotros seguiremos hablando enfáticamente en este espacio.
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