domingo, 26 de febrero de 2012

ROGELIO EL MUCHACHO DEL TIGRE

Hace días hable con Rogelio y me contó como se ganaba la vida en un pueblo llamado El Tigre, me hablaba con gran orgullo de todo lo que era capaz de hacer para  ayudar a la señora Carmen Blanco su mama de crianza, ya que su progenitora Octavia Hernández había fallecido; animadamente contaba como con dos burritos que costaron 100  bolívares, “pájaro azul” y “chasi largo” iba al conuco que tenia a unas cuantas horas de su humilde vivienda, allí tenia sembrado todo tipo de hortalizas y legumbres que casi siembre solventaban el déficit que había en su hogar, el muchacho nunca estaba quieto pues trataba de hacer lo que su robusto cuerpo soportara, aparentaba 15 años aunque tenia 12 y hacia todo esfuerzo para ayudar a su familia y cubrir sus propios gastos, comenzó a trabajar en una clínica dental con el Dr. Yépez, me dijo: “de inmediato pensé este es un buen empleo para mi, Aquí Podré  Obtener mi corona sin que me cueste mas que mi Trabajo” pues le faltaban los dientes delanteros, su trabajo  era bien fuerte y caluroso, en un cuarto pequeño fundía oro con un soplete y un sapo de hierro, haciendo laminas de oro ligada con polvo de bora, un medio de plata y un pedacito de cobre, para ser incrustada y vulcanizaba las planchas;  comía después de los dueños, trabajaba y trabajaba y aun le quedaba tiempo para jugar con su amiguito Manuel el cual era bien particular pues tenia 6 dedos, pero Rogelio fue engañado, el señor Yépez le había ofrecido el puente el cual lo entusiasmo mucho mas, empezó a preparar su corona dental pero el señor la vendió a un cliente que pago muy bien, preparo otra, llego otro cliente y la volvieron a vender, eso hizo 3 veces, pues Rogelio con toda la firmeza de un niño de 12 años renuncio aunque sabia lo importante que era para él, llego a su casa con la mala noticia y la madre le comento que ya estaban escasos de comida, en eso paso un muchacho que venia de Upata con 4 burros cargados de sillas entre grandes y pequeñas para vender, se detuvo en su casa y la madre de Rogelio le pregunto que si tenia sacos de maíz que le vendiera este le dijo “Si yo tengo 2 fanegas, pero están en mi casa al otro lado de la montaña” su madre le dijo que se preparara para subir con su burro en busca de las 2 fanegas de maíz, la señora Carmen le preparo Catalinas, queso y un Telmo de café, vendieron las sillas rápidamente en los botiquines del pueblo, dijo que comenzaron a adentrarse en las montañas, jose le comento que no habían llevado ni siquiera un machete por si salía algún animal salvaje, Rogelio respondió, ¡yo siempre ando con Dios!, Tardaron 12 horas en llegar a la casa, el clima era muy frío pero fue bien recibido por la madre de Jose, ya era de noche y este le comento que era buena hora para cazar lapas o un venado que se la pasaba por allí, Rogelio se sentía cansado por la trayectoria recorrida, guindo su hamaca, me dijo que afuera había una especie de cochinero, el esperaba levantarse temprano para regresarse a su casa pero una fiebre no lo dejo recuperarse sino en cinco días, cuando ya se sintió mejor le monto los 2 sacos a pájaro azul, un racimo de cambur titiaro, además de botellas con agua y la paleta de un venado asado que había cazado Jose, Rogelio dijo que el camino era muy largo para llegar a su casa que quedaba en la Mesa de Chirica, él me comento que Chirica había sido un campo donde libro una gran Batalla el Libertador, Rogelio el muchacho de Oriente es la cultura viva del trabajo, del entusiasmo y positivismo.

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