martes, 6 de octubre de 2015

LA FAMILIA AFROVENEZOLANA NO TIENE FRONTERA.

En ningún continente se siente ser tan originario como África. La silueta de su familiar mapa está en cada país, en cada población, como un destino común. “Soy africano y ser de África es ser de una misma familia, sin importar las líneas del mapa”, dicen allá para dar a entender que la familia no tiene fronteras. Esa familia ha dejado un legado visible pero no difundido en la proporción debida. Si así hubiera sido, a la par de la evolución histórica de nuestra región, hubiese crecido el orgullo de ser descendientes africanos.
El término Afrodescendientes tiene tres puntos de vista para abordarlo. El 1ero Indiscutido, Científico, que reconoce a Etiopía como la cuna de la humanidad, por lo que todos, sin excepción, sin importar el color de la piel, descendemos de esas tierras. El 2do está circunscrito al África Subsahariana, la desgarrada por la cacería de seres humanos para ser esclavizados. Y el 3er punto, la de toda África, la que se extiende desde las islas del océano Índico como Comores, Seychelles, Mauricio, Madagascar, Reunión, hasta el Magreb, en el norte con el Sahara Occidental, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Egipto, incluyendo las islas del Atlántico como Cabo Verde y las que políticamente pertenecen a países de Europa. Entonces afrodescendencia puede verse como un concepto histórico, cultural, espiritual y también con una connotación geográfica: los que desciende generacionalmente de africanos o los que proceden de ese continente.
Las Comunidades Auto reconocidas Como Afrodescendientes Aun tienen una Lucha.
En nuestro país no ha sido tarea fácil, sobre todo porque una de las tantas aspiraciones tienen que ver con lograr un piso legal donde se pueda vencer y atacar de una manera contundente y con armas que provengan de la justicia de los hombres, el fantasma del racismo y la segregación. Si bien es cierto que este tema tiene un auge relativamente reciente, no es menos cierto que existen desde el siglo pasado, voluntades internacionales que a través de instrumentos jurídicos han apoyado esta inaplazable lucha, así pues tenemos la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada en el año de 1948, por la Asamblea de las Naciones Unidas, quien reza en su artículo primero la igualdad de todos los seres humanos en libertad y dignidad, invocando la racionalidad de los mismos para un comportamiento cónsono con la fraternidad. En el artículo 2 se hace una referencia más explícita cuando expresa que los derechos y las libertades que en esta declaración se proclaman, se hacen sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. El artículo 3 menciona el derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad, siendo de gran importancia el
artículo 4 en relación a esta temática, ya que prohíbe la esclavitud y la servidumbre en todas sus expresiones. El resto de los artículos menciona la igualdad en cuanto a derechos sociales, civiles y laborales, en fin existe todo un componente legal pero aun falta ese merecido reconocimiento en la práctica de políticas aplicables para nuestra afro descendencia.
Nuestro color de Piel a influido sobre todo en los Prejuicios raciales, por eso en el encuentro Afro-Internacional y Políticas Públicas, Planteamos la gran deuda que tiene el Estado Venezolano con los Afrodescendientes.

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